La reputación online es algo que se tiende a pensar que se ciñe exclusivamente a la experiencia de una empresa o a la contrastada calidad de sus servicios, entre otros factores.
Pero es algo que podemos practicar en nuestro día a día como individuales, y por supuesto, como media buyers (en nuestros anuncios).
Para que lo entiendas mejor, empezaremos por recordar el significado de ‘reputación’.
¿Qué significa reputación?
Según la RAE, la reputación es la “opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo.” Y la parte que te interesa es precisamente la de “opinión y consideración”. ¿Por qué? Porque tiene que ver con lo que opinan de ti o lo que consideran que eres.
Repetimos que no hace falta ser Amazon para que piensen que eres alucinante. Lo que sí que hace falta es trabajarlo, porque se puede hacer. Quédate y te lo cuento.
El triángulo de la persuasión: ethos, pathos y logos
Quizá hayas leído este título y ya pensaste que te voy a hablar de la enésima técnica de marketing salvadora de otro supuesto “gurú” divino. Nada más lejos de la realidad.
Aristóteles es el creador del llamado “Triángulo de la persuasión”, que presenta las claves para que tu discurso tenga sentido, emocione y sea tenido en cuenta por los que te leen. Solo hay tener en cuenta tres factores: el ethos, el pathos y el logos. Si tu como empresa, negocio o entidad corporativa logras un equilibrio entre ethos, pathos y logos, lograrás una reputación muy fuerte.
Esto por supuesto podemos aplicarlo a nuestros anuncios.
No me alargo más, y entremos en materia.
Ethos
El ethos es la confianza, la credibilidad, el carisma, la autoridad… que transmite el emisor o fuente del mensaje. Es el cimiento de la reputación.
¿Cómo conseguir un buen ethos?
- Un apartado de “Sobre mí” o “Nosotros” bien elaborado, dejando claro quién eres, qué haces, de qué proyectos has formado parte, qué formación y experiencia te respalda…
- Una página web cuidada, que transmita confianza, con una buena experiencia de usuario, diseño corporativo que entre por los ojos… Debe ser una web a la que a ti mismo te transmita una autoridad.
- Un apartado de transparencia es esencial, ya que el usuario tendrá que comprobar que eres de fiar. Eso quiere decir reflejar todos tus actos, tu histórico, tus presupuestos, por qué haces lo haces, para quién lo haces…
Pathos
El pathos es la apelación que hacemos a las emociones. Este segundo factor es el que hará que el receptor se interese por nuestro mensaje. Tiene que conmover, solo así conseguiremos que el usuario al que nos dirijamos nos preste atención y no pueda dejar de escuchar nuestro mensaje.
Una buena técnica para reforzar el pathos sería los activadores de la acción que explicamos en el anterior post del blog, y que atacan los puntos que mejor conocemos de nuestro usuario. Todo en favor de nuestra reputación online.
Logos
La reputación también se gana aportando datos. En este último paso, el logos, apelamos a la inteligencia del usuario. Nuestro discurso no será válido si no aportamos datos, hechos, argumentos… Debe tener coherencia, ya que si no, no nos vale de nada un buen ethos y pathos.
Al final, como decía el famoso copy Joseph Sugarman, “apoyamos nuestras decisiones emocionales en factores racionales”.
La buena reputación es la que te ganas
Pues bien, ahora que ya sabes más concretamente cómo mejorar tu reputación digital. El mejor ejemplo es el que explicó la copywriter Anina Anyway para el ethos, el pathos y el logos. Dice así.
¿Conoces al violinista Joshua Bell? Yo tampoco, pero es una personalidad bastante reconocida entre los profesionales del violín, así que, de primeras, ya vemos que tiene un buen ethos entre ese público.
¿Y donde entran el pathos y el logos? Al final, sabemos que el violín, tocado por un profesional como es Joshua Bell, goza de una gran carga emocional, lo que facilita tener un buen pathos que emocione y llegue al público.
Y si eres un gran interpréte y tienes un buen repertorio, el logos es la música que tocas, y la que al final hace que la gente compre entradas para verte. Pero el giro de la historia viene ahora.
Una vez, Joshua Bell bajó al metro a tocar como un músico más. Poca gente se paraba a escucharle, ya que o no lo conocían (perdió el ethos) o no tenían tiempo para pararse a escucharle (la gente no estaba abierta al pathos).
¿Vas cogiendo como funciona la combinación de este triángulo de la persuasión? Para tu reputación digital, es importante no olvidar ninguna de las patas de esta mesa.
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Como ves, la combinación de estos elementos puede llevar a un usuario que no te conoce a confiar en ti, e incluso quedarse contigo. No es una fórmula mágica, por lo que toca trabajar tu reputación igualmente, al final esto no es más que una teoría.
Y tú, ¿te la crees?
Sea cuál sea la respuesta, ¡te espero en el siguiente artículo!